Me pongo «depre» por Semana Santa

Ya se acerca la Semana Santa en Jumilla y me estoy poniendo de los nervios, y es que todos los años caigo por esos días en una profunda y larga depresión. No es que yo sea alérgica a la primavera, no es eso. Resulta que por estas fechas me vienen los semanasanteros y se llevan a todos mis nietos, al de la Columna ya llevan más de dos siglos que se lo bajan al pueblo todos los años y no me lo suben hasta la romería; pero no contentos con eso, ahora se me llevan también al de la Reja.
Total que me dejan más sola que la una, sin otra compañía que unos cuantos padres franciscanos que, ya con bastantes años y algunos achaques, están al igual que yo para pocos trotes. En definitiva, aquí en el convento, nos quedamos en Semana Santa más que un reducido grupo de vejestorios.
Y digo yo… bien podrían bajarme a mi también estos de la Junta Central de Semana Santa para desfilar con mi nieto por las calles de jumilla, ver el ambiente, las manolas y poder escuchar ese pasodoble de D. Julian. Pero nada, no se les ocurre, con el buen papel que haría yo consolando a mi hija maría en este trance de la dolorosa pasión. Pero no hay forma, estos semanasanteros todos los años se inventan y añaden algún santo de nueva factura, sin acordarse de que llevo aquí desde el siglo XVI esperando.
Este año creo que han traído hasta el Arcángel San Gabriel, pero nada de la Abuelica Santana, como siempre, ni se acuerdan.